lunes, 30 de marzo de 2015

¿De la tragedia al culebrón?


Tengo la sensación de que a veces lo que es una tragedia que origina una gran conmoción llega a convertirse en algo así como un gran culebrón con todos los ingredientes, que, de forma inevitable, afloran: emociones, sentimientos, dolor, pesar, solidaridad... Una vez más se tiende una gran nebulosa sobre la línea que marca el horizonte de la ética y la deontología periodísticas cuando, aparentemente, lo que trasciende es el interés en entregar a los televidentes (fijo mi atención en este medio) toda la información posible, que no quede ni un recoveco por abordar, pero a base de repetir una y otra vez, hasta la saciedad, las mismas imágenes, los mismos testimonios, los mismos relatos, adobados con algún matiz novedoso. La competencia entre cadenas multiplica el efecto. Puede uno plantearse muchas interrogantes y dudas, pero algo tengo claro y es que la voracidad del mercantilismo suele desequilibrar el tratamiento equilibrado del hecho informativo que queda al borde (por ser benévolo) del sensacionalismo o el amarillismo. ¿Seré yo un romántico del periodismo, especie a extinguir? Algo de esto puede haber también.

jueves, 26 de marzo de 2015

"Aportación de Ferrol ás Letras Galegas": en el 25 aniversario del fallecimiento de Carvalho Calero

Carvalho Calero recibe de manos del alcalde Manuel
Couce Pereiro, el título de Hijo Predilecto de Ferrol
en el año 1990
"Non é de ningún xeito exacto, o prexuizo que se mantén nalgúns superficiais sectores intelectuais, segundo o cal, Ferrol está moi alongado dos problemas culturais galegos...hai quen pretende que Ferrol é como un enclave da cultura castellana dentro da terra galega". Estas afirmaciones o desmentidos, según se mire, fueron hechos por Ricardo Carvalho Calero en aquellas jornadas del año 1986 que organizó Caixa Galicia bajo el título  de "Ferrol, su historia, sus gentes". Concretamente, Carvalho Calero tituló su conferencia "Aportación de Ferrol ás Letras Galegas".
            Sostenía el ilustre polígrafo ferrolano, "eterno" candidato a la nominación de las Letras Galegas, que aun cuando Ferrol, por su estratificación social -la Marina y las influencias que llegaron por mar- hizo magníficas contribuciones a la literatura en español "non é menos certo, aseguraba, que hai unha realidade e esta é a situación de Ferrol dentro das mariñas...e nunca estivo ausente do desenrolo da literatura na lingua do país".
            En aquella conferencia citó una serie de nombres que van desde Fernando Esquío de la época medieval, en el que se detuvo especialmente, pasando por Domingo Díaz de Robles, del que se conocen una docena de poesías anteriores al desarrollo definitivo del Rexurdimento, Alberto Camino, precursor de Rosalía, Benito Vicetto que fue en su tiempo famosísimo como propulsor del provincialismo o regionalismo. Ferrolano con obra en gallego es también por esta época José López de la Vega y lo son Romualdo Casal, Xoán López Muñiz, Quintín García Calvo, Xan Gómez do Ferrol...Abordó igualmente en su discurso a personalidades como Nicolás Fort Roldán, Nicolás García Pereira, Xaime Quintanilla, "que non nacera en Ferrol pero a súa nai era ferrolana",  Rodrigo Sanz López, un propulsor de la reforma agraria "que algunha vez escribeu en galego", Francisco Cabo Pastor, Aurelio Ribalta, autor de "Ferruxe", Charlón y Hermida "artesáns ferroláns que escribiron graciosos e enxeñosos sainetes que eles mesmos representaban xa que eran actores excelentes".

            Hizo referencia en aquel ciclo de conferencias a Xoana Torres "poetisa moi distinguida, novelista importante", y Tomás Barros "nado en Toledo pero criado en Ferrol, poeta e pintor". Finalmente, Ricardo Carvalho Calero remataba su conferencia citando al poeta Vicente Araguas "que se pode considerar sucesor, desde o punto de vista xeográfico, dun Fernando Esquío, dun Fernando Lago". No solo mencionó a Araguas sino que además para redondear su charla acabó recitando "unha sentida elexía a outro escritor, que se non naceu nesta comarca, morreu nela, elexía titulada "Para Álvaro Paradela, onde queira que estés".
Otras referencias a Ricardo Carvalho Calero, en mi blog

lunes, 23 de marzo de 2015

Susana Díaz ha dado en el clavo, pero ¿la corrupción no cuenta? y el bipartidismo continúa presente

Susana Díaz
Conocidos los resultados de la jornada electoral de Andalucía, ha de quedar sentado que Susana Díaz ha dado en el clavo. Deja atrás, con distancia, al PP, pilla con el paso cambiado al fenómeno Podemos, cuya infraestructura no estaba consolidada en esa región, hunde a su incómodo exsocio IU, que lo fagocita la formación de Pablo Iglesias, y legitima su mandato ya que hasta ahora era una presidenta dedocrática. Ha de quedar sentado también que el PSOE demuestra ser una fuerza irreductible en el feudo andaluz, sin acusar el desgaste de treinta años en el poder, algo insólito, y tampoco el hedor de la corrupción que lo rodea en los últimos años, que es lo inquietante. 
            Enlazando con lo anterior, aunque la lideresa andaluza no parece estar implicada y eso pudo haber surtido su efecto -la campaña fue absolutamente personalista- es obvio, como antes decía, que la gran corrupción de los ERES está asociada  al PSOE andaluz. Inevitablemente es un partido manchado por la "peste" que dice el Papa Francisco. Y, pese a todo, es la primera fuerza en las urnas, es decir, allí, donde se robó dinero a manos llenas, los ciudadanos han dado su apoyo al partido gobernante. ¿Podría concluirse que estamos ante un fenómeno paralelo al de los valencianos y falta por ver en el resto del país? ¿La corrupción no cuenta?
            En cuanto respecta a los emergentes, se observa que Podemos y Ciudadanos, a los que sin duda hay que felicitar, no se cansaban de afirmar que el bipartidismo había muerto. ¿De qué? Aunque con un varapalo morrocotudo a los "populares", las siglas  PP y PSOE o PSOE y PP siguen situándose como las dos prioritarias, según los sufragios andaluces.
            Si hacemos la extrapolación y en el marco de las generales se repite, más o menos, el signo de las elecciones de ayer, realmente ¿se puede hablar de cambios? ¿Se puede argumentar con giros copernicanos? ¿Tendremos que seguir oyendo lo de las élites, la casta, los resultados transversales y el empoderamiento de la ciudadanía, cuando solo cabe destacar la irrupción de dos fuerzas de nuevo cuño, que tienen mucho mérito porque parten de cero, que aglutinan -todo hay que decirlo- el voto de castigo, pero que se van a quedar en la oposición pura y dura, sin opciones de hacer variar sustancialmente el rumbo del país? Tal vez es mucho decir y especular porque queda tiempo por delante y las circunstancias son cambiantes.
            Nada que decir de UPyD. Me temo que mientras no le den "vacaciones" a Rosa Díez, por mucho que se atribuyan los logros en las denuncias de corrupción y esgriman su limpieza y transparencia, loable honor, dicho sea de paso, este partido parece haber quedado clavado o, mejor dicho, varado, que decimos en la jerga marinera. Háganselo mirar.

            

sábado, 21 de marzo de 2015

Manuel Masdías Sánchez (1899-1971), profesor, poeta y letrista de las canciones de las "Pepitas"

Manuel Masdías también fue
profesor de las escuelas de Bazán
Esto de  remover portadas de periódicos del primer tercio del siglo pasado suele provocar hallazgos curiosos, además del propio contenido informativo. Me fijo muchas veces en el marketing de la época, las publicidades que entonces se insertaban. Por ejemplo, me encontré este día un anuncio del "Centro de Enseñanza General, fundado por D. Manuel Masdías Sánchez, licenciado en Filosofía y Letras y Maestro Nacional". Muchos ferrolanos de los que peinan ya abundantes canas saben a qué personaje me refiero. De hecho, una calle lleva su nombre, el CEIP de Caranza también, un concurso de poesía de la SAF, lo mismo, en fin, que está en la memoria histórica y colectiva del pueblo ferrolano.
            Pues bien, me fijé en algunos criterios que destaca la propia publicidad del centro al que aludo en el encabezado de estas líneas. Dice así: "Para que pueda formarse idea de nuestra acrisolada moralidad y disciplina, transcribimos a continuación algunos artículos del régimen interior del Colegio, todo el cual se cumple exacta y rigurosamente:
            Art. 3º.-La mayor falta que puede cometer un alumno de este Colegio es el pintar las paredes de la clase o molestar lo más mínimo a las niñas; pues una y otra falta son reveladoras de incultura y grosería y desterrar una y otra son los dos postulados de este Colegio.
            Art.4º.-La moralidad y la preferente atención sobre las niñas ha de ser algo que rayará casi en la exageración; por ello es importantísimo que las madres estén tranquilas, confiadas y convencidas de que las horas de estancia de sus hijas en el colegio son una prolongación de las del hogar donde nada han de ver ni oír y cuyo trato no por deferente ha de ser exento de la debida severidad.
            Art.7º.-Se prohibirá la estancia de los alumnos tanto en el portal de la clase como en sus inmediaciones; pues una vez dadas las asignaturas deberán alejarse del colegio para no molestar al vecindario, metiéndose en sus portales y dando una sensación de holgazanería que no es cierta muchas veces, pero que lo parece. Para los intervalos de clase a clase se habilitará sitio adecuado para estar.
            Art.15º.-El castigo de obra está desterrado en este Colegio por antipedagógico y antinatural. El alumno ha de obedecer por comprensión y nunca por miedo al castigo material. Si llegara el caso lamentable de tener que castigarle de obra el profesor, por rebelarse e indisciplinarse abiertamente, entonces la expulsión del Colegio será inmediata". Hasta aquí el texto del anuncio.
            Las claves del régimen interno del centro responden, naturalmente, a unas circunstancias y a una época de la historia y reflejan por otro lado la talla humana del fundador del colegio, aspecto del que quien esto escribe puede dar fe por haberlo conocido como docente y formando tribunal de exámenes en el instituto Concepción Arenal, ello al margen de que era un veraneante asiduo de Cobas, ahora Covas, por donde le he visto pasear en innumerables ocasiones.
            Manuel Masdías falleció un 11 de enero de 1971 y al cumplirse el décimo aniversario de su óbito, el periódico local Ferrol Diario señalaba "Hombre conocido en toda la ciudad, estimado por sus dotes intelectuales, por su carácter, por su trato, su afectuosidad, nada más que tuvo amigos. No era ferrolano -había nacido en Irixoa, comarca de Betanzos, en enero de 1899- pero cuarenta años de su dedicación a la docencia y el haber contraído matrimonio en Ferrol, le dio derecho a llamarse ferrolano y a que le trataremos como a un distinguido vecino", remarca el rotativo ferrolano.

            Además de la dedicación a la enseñanza, Manuel Masdías realizaba trabajos poéticos y había compuesto libretos de varias zarzuelas sobre temas de la ciudad, que fueron representadas en su época, sin olvidar que muchas letras de las canciones a las "Pepitas", tan de actualidad estos días, son de su autoría.

lunes, 16 de marzo de 2015

Sanidad pública, sí o sí.

He de confesar que me cuesta trabajo sintonizar de nuevo con la realidad circundante. Han sido jornadas de tensiones, emociones y sentimientos. El fallecimiento de un amigo (Luis Mera) con el que hablaba casi todos los días, desde hace tres décadas, el ingreso repentino en el hospital debido a un morrocotudo cólico biliar con necesidad de practicar una intervención, la edad que no perdona y que sé yo qué cosas más, me han dejado un poco descolocado. Empero, debo pasar página a lo que ya adquirió categoría de pretérito porque hay hechos que son irreversibles y porque la salud en la vida de las personas no suele marcar una línea plana sino que tiene altos y bajos, es decir, algún que otro diente de sierra. No hay más remedio que interiorizarlo y mirar hacia adelante.Y para el amigo que se fue, queda su ejemplo e imborrable recuerdo.
            Quiero fijar la atención, eso sí, aunque sea por un momento, en la percepción común vivida y compartida durante poco más de una semana en el hospital Marcide. Mi último internamiento data de hace unos 20 años aproximadamente, cuando tuve que pasar también por el quirófano aquejado de apendicitis. Lo tengo en nebulosa. Es obvio que cuando uno decide entrar por urgencias es porque advierte que algo grave, inusual, alarmante, le está sucediendo. En estos casos no creo demasiado en la picaresca, o en el uso indebido o vicioso de un servicio, aunque haya que establecer el marco cautelar de la excepción, como en otras muchas situaciones.
            El primer y gran impacto es el "panorama" de un área espectacularmente saturada de pacientes. Camillas por doquier. Salas y pasillos atiborrados. El o la acompañante casi se queda sin espacio físico para estar cerca del enfermo. Echas la vista alrededor y te das cuenta de que también es posible hacinar el dolor. Las cuentas de resultados en la Sanidad es lo que importa más; las personas, la humanización de la asistencia, lo que menos. Es la socialización del dolor a golpe de decreto. Vives y sufres tu problema y el de muchos más, que los estás viendo con gesto de sufrimiento, abatidos. Por descontado, el personal del centro se prodiga en idas y venidas, se vuelca en atenciones. No me extraña que pueda haber bajas por estrés, ya que los profesionales han de suplir con su sobresfuerzo los ajustes que otros dictaminan desde el despacho, frente a la calculadora.
            Ya asignada cama, la fotografía muda de tonalidad. Del blanco y negro, dicho sea irónicamente, del área de urgencias a unos colores más suaves y grises en planta. Compartes y departes solo con el compañero de habitación, pero el fenómeno del vértigo se repite. Las enfermeras -casi todas son mujeres- y auxiliares andan a "todo filispín" (veloces) sin descanso.
-Oiga, menudo ritmo. Les veo a ustedes agobiadas, le digo a una profesional
-Si mandaran a una compañera más para aquí, esto ya sería otra cosa.
Nos damos de bruces, una vez más, con los dichosos ajustes. Insisto, en uno y otro caso, urgencias y planta, en cuanto al comportamiento de médicos y demás profesionales, un diez.
            Tenemos una sanidad pública que hemos de defender con uñas y dientes. Es la mejor, es la admiración de propios y extraños. Tiene medios modernos, personal muy preparado. Es una barbaridad privatizar en lugar de invertir para mejorar el servicio, adecuar las plantillas. La privatización solo se entiende desde el pelotazo, la corrupción, la perversión de principios y valores. A los que piensan en enriquecerse y enriquecer a los amigos, en detrimento de la calidad asistencial, de la salud, de la vida, hay que expulsarlos del poder. No queda otra. 
           
             
             

             

miércoles, 11 de marzo de 2015

Lecciones de vida y muerte

Luís Mera Naveiras (1942-2015)
No es fácil escribir cuando las emociones y los sentimientos desbordan la serenidad. El amigo Luís Mera es una de las personas con las que he mantenido a lo largo de treinta años una profunda amistad. Ha sido una relación frecuentada en el día a día, mucho más en los últimos años, a raíz de que se le diagnosticó un cáncer de colon. Entendía que a partir de ese momento, Mera necesitaba el calor humano de todos cuantos tuvimos el privilegio de disfrutar de su confianza y afecto. En las jornadas postreras, cuando todavía fluía un hilo de vida y lo visitaba casi a diario notaba que cuando yo franqueaba la puerta de la 112 del hospital Naval, el rostro se le iluminaba de alegría "hombre, Man", me extendía la mano...Eran unos apretones en los que se condensaban muchas vivencias, muchas experiencias compartidas, muchos proyectos en común. Eran los apretones de una persona que, esperando el momento de partida de un día para otro, su figura como gran activista de la cultura se agigantaba, de una persona que muriéndose daba instrucciones acerca de tareas del Club de Prensa de Ferrol que quedaban pendientes.
            Por eso tuve mucha pena no poder estar hasta el final a su lado. Unos cálculos biliares pusieron una inoportuna distancia por medio, aunque físicamente estábamos muy cerca, él en el Naval y yo en el Marcide, a pocos metros de recorrido. Su nuera Julia María Dopico Vale me llamó por teléfono antes de que expirara para decirme que la última palabra fue para interesarse por mi salud. Emocionante, indescriptible la sensación que en ese momento heló y recorrió mi cuerpo y mi mente, allí, en la habitación 417 del Complejo Hospitalario Arquitecto Marcide.
            En adelante, recordar a Luís Mera Naveiras es reivindicar el valor de la libertad y la democracia, rendir tributo a la cultura como factor de resistencia y a la música como argumento vital y bálsamo del alma. Recordar a Luís Mera es también, entre otras muchas cosas, exaltar la amistad como expresión de sentimientos tan nobles como el afecto y la lealtad incondicionales. Así se lo expresé en vivo y en directo el día de su homenaje, el 31 de mayo de 2013, se van a cumplir próximamente dos años. En definitiva, Luís Mera nos deja lecciones para la vida y muerte. El mundo de la cultura en general y su pasión por la música, en particular, colmaron su trayectoria existencial. La entereza con que esperó su fin tumba la doctrina de quienes piensan que los no creyentes llegan con desasosiego y amargura al desenlace final. Ha deseado una muerte digna y la ha tenido.
Hoy, cuando ya el amigo ha entrado en el espacio de la llorada ausencia, tengo la sensación de una orfandad especial. El diálogo permanente se ha roto. No me lo puedo creer.
De Luís Mera Naveiras he escrito en diversas ocasiones en mi blog. A los distinguidos lectores que tengan interés les dejo el enlace http://deferrolparaelmundo.blogspot.com.es/search?q=luis+mera 
                       




lunes, 2 de marzo de 2015

Él y su laúd, yo y mi armónica



Luís Fernández Paz aparece con su laúd en el recuadro formando parte de un
elenco escénico en el Seminario de Mondoñedo, años 50 del siglo pasado
(La fotografía pertenece a la Web
http://www.homenaxeseminariomondonedo.com/
Uno de los impactos emocionales más negativos que sufrí en el Seminario de Mondoñedo fue la muerte de un condiscípulo vilalbés, Luis Fernández Paz. Un día, a la vuelta de uno de los habituales paseos por la comarca mindoniense, se encontró mal, con algunas molestias intestinales. Se acostó y al día siguiente, un compañero que ocupaba una habitación contigua, José Ramón Franco Trashorras (Riotorto, Mondoñedo), hoy abogado con residencia en Madrid, viendo que no se levantaba, que no oía ruido alguno en el habitáculo que tenía al lado, se asomó para ver y se encontró a Luis en la cama, donde yacía ya cadáver. Nunca olvidé este trágico episodio -me imagino el shock de Franco Trashorras- de muerte súbita en una persona tan joven, tendría 15 ó 16 años, muy apreciada por todos los alumnos. Fue un hecho luctuoso que sumió en la tristeza a toda la comunidad de seminaristas.
            En la retina me quedó una fotografía: Luis Fernández Paz punteando su laúd. Comentando el caso recientemente -con motivo de la puesta en marcha de un acto de reconocimiento al Seminario de Mondoñedo, que se celebrará en el último trimestre del año- otro compañero de Seminario y de oficio, el periodista ortegano residente en Madrid, Ramón Barro Bello, me decía "era rubio, tenía cara de angelote y mostraba una especial sensibilidad por el arte y, particularmente, por la música en la que se realizaba a través de su laúd. No le hablaras de fútbol y otras actividades en las que nos
sumergíamos la mayoría", precisaba Ramón Barro.
            En algunas ocasiones, yo, que tocaba la armónica, me reunía con Fernández Paz en el intento de combinar ambos instrumentos, cuerda y viento, y, si el recuerdo no quedó desvirtuado por el tiempo transcurrido, creo que el resultado era bastante aceptable. Tengo también presente que estaba muy unido en la amistad con su paisano Manuel Cillero Hermida, que luego, ya cura, tendríamos por aquí, por Ferrol, hasta su fallecimiento. Naturalmente, entre los elegidos contaba, asimismo, el también recordado Bernardo García Cendán.
            Ha pasado mucho tiempo, medio siglo largo, y muchas vivencias se han difuminado en nuestro particular "disco duro" y en las páginas, ya color sepia, del libro de la vida en común desarrollada en los años cincuenta entre las paredes claustrales de Vilanova de Lourenzá, primero, y Seminario de Santa Catalina de Mondoñedo, después. Luís Fernández Paz, siempre en el recuerdo: él y su laúd, yo y mi armónica.